miércoles, 14 de noviembre de 2012

ADVIENTO: UN CAMINO NUEVO.



UN CAMINO NUEVO

COMIENZA EL TIEMPO DE ADVIENTO

EN EL AÑO DE LA FE

(Lucas 21,25-28)

            Los discursos apocalípticos recogidos en los evangelios reflejan los miedos y la incertidumbre de aquellas primeras comunidades cristianas, frágiles y vulnerables, que vivían en medio del vasto imperio romano, entre conflictos y persecuciones, con un futuro incierto, sin saber cuándo llegaría Jesús, su amado Señor.

            Por eso, las palabras que escuchamos en el primer domingo de este tiempo, después de muchos siglos, no están dirigidas a otros destinatarios. Son llamadas que hemos de escuchar los que vivimos ahora en la Iglesia de Jesús en medio de las dificultades e incertidumbres de estos tiempos.

            La Iglesia actual marcha a veces como una anciana “encorvada” por el peso de los siglos, las luchas y trabajos del pasado. “Con la cabeza baja”, consciente de sus errores y pecados, sin poder mostrar con orgullo la gloria y el poder de otros tiempos.

            Es el momento de escuchar la llamada que Jesús nos hace a todos. “Levantaos”, animaos unos a otros. “Alzad la cabeza” con confianza. No miréis al futuro solo desde vuestros cálculos y previsiones. “se acerca vuestra liberación”. Un día ya no viviréis encorvados, oprimidos ni tentados por el desaliento. Jesucristo es vuestro Liberador.

            Pero hay maneras de vivir que impiden a muchos caminar con la cabeza levantada confiando en esa liberación definitiva. Por eso, “tened cuidado de que no se os embote la mente”. No os acostumbréis a vivir con un corazón insensible y endurecido, buscando llenar vuestra vida de bienestar y placer, de espaldas al Padre del Cielo y a sus hijos que sufren en la tierra. Ese estilo de vida os hará cada vez menos humanos.

            “Estad siempre despiertos”. Despertad la fe en vuestras comunidades. Estad más atentos a mi Evangelio. Cuidad mejor mi presencia en medio de vosotros, No seáis comunidades dormidas. Vivid “pidiendo fuerza”. ¿Cómo seguiremos los pasos de Jesús si el Padre no nos sostiene? ¿Cómo podremos “mantenernos en pie ante el Hijo del Hombre”?

José Antonio Pagola
 
 

           

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